Todo surgió en una tarde, en vísperas de la Navidad de 1979. Charlaba Pedro Arrupe, en el ambiente distendido de una conversación familiar, con sus asistentes. Alguien comentó el asunto de las últimas dramáticas noticias llegadas del Sureste asiático y referidas a las boat people (refugiados que, hacinados en frágiles embarcaciones, vagan por los mares de aquellas zonas sin tener dónde desembarcar). En ese instante al general de la Compañía de Jesús se le iluminan los ojos y siente la primera llamada de este maltratado colectivo.
PEDRO ARRUPE, PROFETA DE LOS REFUGIADOS
